journey to Oneness...
El yoga del logro
Se hace importante revisar el sentido que le damos a nuestra práctica de Asana, dándole firmes cimientos en la filosofía del yoga. Es así como podremos percatarnos de nuestros deseos de lograr más, conquistar más, obtener más y volver a respondernos cuál es el verdadero objetivo del yoga, no perseguir nada.
Camila Cárdenas.
12/11/20245 min leer


"He, who, having totally given up attachment to actions and their fruit, no longer depend on anything in the world, and Is ever content, does nothing at all, though fully engaged in action." Bhagavad gita
Mi práctica de yoga, de la mano con Usha, discípula directa de Iyengar, venía creciendo y creciendo, es decir estaba totalmente compenetrada con las minúsculas acciones de mi cuerpo, completamente dentro de mi y dentro de la práctica, una práctica que hacía con devoción, entrega y contentamiento. Sin embargo, de un día para otro mi práctica tuvo que detenerse gracias a una neumonía. Digo gracias porque gracias a ella pude hacerme preguntas sobre la práctica que no me había hecho antes. Coincidió con que frente al cuarto en el que yo me recuperaba, quedaba el hotel en el que otros practicantes de Usha se hospedaban, era una pared de puertas que se abrían y se cerraban y que me dejaba escuchar los diálogos diarios de esos practicantes. Era entonces como un espejo de mi misma, una película que me confrontaba con mi propia manera de asumir la práctica, ¿qué sentido le doy a la práctica? ¿para qué la práctica? ¿cuál es el objetivo del yoga? Se abrían temprano hacia las 7:20 y se cerraban hacia las 9:00 después de la práctica de la noche. Y yo, sentada en la terraza como una anciana, viéndolos entrar y salir. En ese momento no me pregunté nada, no extrañé la práctica ni quise que la situación fuera diferente, estaba entregada a lo que la vida disponía para mi. Las preguntas llegaron después cuando me di cuenta que mi cuerpo podía hacer casi nada. Ya no era un cuerpo que practicaba 5 horas al día, era un cuerpo aún en recuperación, no era un cuerpo que alguien en Instagram quisiera ver, flaco y lento.
Me doy cuenta que si bien la filosofía del yoga promueve el desapego y la acción desinteresada, la práctica de asana puede fácilmente convertirse en un vehículo que conduce hacia el apego al resultado. En occidente la práctica de yoga sí busca frutos y esos frutos se muestran en la forma de la evolución en el asana(posturas), qué tan fuerte estás y te ves, qué tan flexible, hand stands, alineamiento... Los frutos se acompañan de logro y el éxito está impulsado por una visión que en poco tiempo nos hace objetos de mercado. Desde textos como el Bhagavad gita, la invitación es opuesta, desapegarnos del fruto de la acción, liberarnos del sentimiento de que esto es mío, de la expectativa y de la posesión.
Vuelvo a mi propia experiencia para seguir desarrollando la idea: yo ya no era un cuerpo exitoso, mostrable, ¿quién era entonces? Después de un mes pude volver a la práctica de asana, para nadie más que para mí. Antes también era una práctica para mí, y nunca he sido de fotografiarme mucho, pero antes otros me veían y me decían, estás fuerte, se te vé la práctica. ¿Dónde se vé la práctica? La práctica nunca busca poder ser vista. Y los otros me hacían pensar en el logro, en que algún resultado sí existe. La nueva versión de mi cuerpo no me estaba invitando a practicar 5 horas, me estaba invitando a ser lenta, no me estaba invitando a volver al hand stand, me estaba invitando a trabajar en silla y a volver a ser principiante, a quedarme allí. Necesité escuchar mi cuerpo y habitar el ritmo de la escucha, no del logro, no de la meta, no del fruto. Estoy cultivando una relación con la vida que se expresa a través de la práctica, la vida es movimiento y mi amor, mi gratitud y mi devoción se expresan en el asana, cualquiera que sea, mostrable o no.
Entonces descubrí que en mi proceso el apego a los frutos había estado presente, que celebraba ver mi cuerpo cambiar y hacerse más fuerte, el progreso y el logro de lo que antes no podía que ahora sí. Sí, he practicado por el apego al fruto. -El durazno se va haciendo más rojo, más jugoso, más carnoso-, pero no lo celebra, es su naturaleza; de la flor pasa a ser fruto, más nunca reclama el fruto como suyo, es un simple fruto como es una simple flor, como es una simple semilla, proceso y siempre en proceso. Y estoy yo, -me iba haciendo más fuerte, más flexible-. La acción que venía en busca de seguir alimentando el fruto, no era una acción desapegada y desinteresada. Y claro, el fruto que nace de un "yo" que se identifica con el resultado -esto lo logré yo- , da nacimiento a la comparación. -Yo no logro esto que el otro sí logra-. Porque el fruto que celebramos en instagram es todo nacido con el deseo de mostrar "todo lo que yo" que te convence de que me quieres comprar. La referencia todo el tiempo son logros de otros que, al no mostrarte procesos, ponen el foco en perseguir logros que también tu puedas mostrar.
Es por esto muy importante estar revisando la intención de la práctica y su dirección. El sentido es espiritual y en ella se cultiva la unidad con el todo y el reconocimiento del ser. Una vez la mente no está fluctuando en pensamientos, sino presente y consciente de sí misma y de la expresión del todo en ella, la práctica trasciende las formas, se hace íntima y crece en grados de conciencia. Es necesario seguir respondiendo a cuál es el verdadero objetivo del yoga y de mi propia práctica. El objetivo sería habitar la práctica y la vida sin perseguir nada. ¿Puedo? ¿puedo compenetrarme con la vida de tal manera que mi acción sea el resultado de la vida danzando a través mío y yo, la que digo que soy, no busque nada, no persiga logros, metas, formas, cuerpos, posturas, ventas?
Es así como hace unos meses me respondí: Cami, puedes empezar a dar clase, no necesitas más que reconocer tu proceso. Recordé a Usha, ella también tiene el cuerpo que tiene y hace la práctica que necesita, después de sobrevivr a dos accidentes de bus, la práctica que hace es pura escucha y puro proceso. Soy la practicante que soy hoy ofreciendo mi práctica a la vida que me permite compartirla.
"Even when acting they don't do nothing at all"
Creemos ser nosotros los hacedores, más nuestro cuerpo es parte, engranaje total . Saluda al sol, pero no por eso te creas sabio, el girasol también sabe a qué hora el sol empieza a aparecer y también él saluda al sol. Tu asana es entonces una simple manera de hacerte parte del sol, no es una forma, es un movimiento, la tierra y el universo se mueven y tú te mueves haciéndote parte de esa danza de la que no eres tu el dueño.