journey to Oneness...
Amnesia de procesos
El éxito para mañana, el crecimiento de un emprendimiento para hoy, vivir dentro del mercado de sueños: "dime qué sueño tienes y yo te lo vendo listo". Desarrollamos así una amnesia de procesos en la que deseamos saltarnos la parte más valiosa, la experiencia.
Camila Cárdenas
3/4/20253 min leer


Lograrás tus sueños, alcanzarás el éxito, ascelerarás el crecimiento de tu empresa. Me considero buscadora, pero no precisamente es éxito lo que busco. La idea de éxito que no tenía me la ponen entre las metas que tampoco tenía y me vuelvo parte de un mercado de ansiedad en el que más vale caminar hacia allá. El allá no es el mío, es el que el mercado quiere y se distancia y me distancia de mi propio norte. Mi norte aparece escuchando la intuición y la verdad del corazón, me acerco a él en el silencio y me alejo de él en el bullicio del mercado.
Es así como me encontré preocupada porque mis retiros no lucieran como los de instagram y tuve que entrar en ese temor para ver qué aparecía ahí. Un performance, un teatro, una pose, una escenografía. Un día me dijeron “lograrás el retiro de tus sueños”, me di cuenta que mi sueño no es hacer un retiro de ensueños. Me di cuenta que el cuidado que brindo a través de las Inmersiones de cuidado no siempre es asombrosamente fotografiable, a veces es tan simple que es invisible al lente y es eso lo que quiero habitar y compartir. Mi propio cuidado y mi vida son simples, la práctica de yoga nunca falta, el alimento, el silencio, las preguntas, reflexiones, contemplaciones, el amor profundo a la naturaleza y la simplicidad. Es eso lo que ofrezco, un retorno a estar en lo que no es asombroso, porque yo no tengo ganas de serlo y sí que es pesado sostenerlo. Lo que ofrezco es compartir la vida desde el estilo de vida en el que yo he aprendido a bailar la vida, entonces podemos descubrir juntas cuál es el baile que a ti te conecta, te inspira y te llena de sentido sabiendo que somos distintas.
Reconozco que por un momento me mezclé con esas exigencias, expectativas, anhelos y hoy descubro que no son míos. El objetivo de mis retiros es que la gente se lleve recursos para vivir en su cotidianidad el cuidado. Esto quiere decir que no nos retiramos con prácticas asombrosas que no podemos repetir, no nos retiramos de nuestra vida, ni nos alejamos tanto tanto que al volver no queda de otra que seguir haciendo lo que ya hacíamos. La pregunta es revisarnos para identificar qué hacer diferente, qué necesita mi rutina para ser habitada desde lugares de mayor conexión que me acerquen a cultivar diariamente la gratitud, la presencia y el amor. Ese es el desafío.
Todos los días acompaño procesos, mi proceso, el proceso de las chicas con quienes compartimos la práctica de yoga, el proceso de los consultantes. Y lo que recibo es la angustia que genera la búsqueda de metas: llegar a determinada postura, curar determinado síntoma, resolver determinado conflicto. Lo triste es que la ansiedad que nos genera la búsqueda de metas, nos lleva a ignorar que la belleza está en el proceso que siempre es profundamente significativo y transformador. En inglés es Ing, el verbo en participio, la capacidad de actualizarnos y habitarnos mientras vamos siendo en la observación de lo que acontece en la existencia ocurriendo. Para ello ampliar nuestra capacidad de observación es vital, pues nos hace conscientes de los movimientos pequeños y cotidianos que se revelan como parte del mínusculo crecimiento. Es así como ratifico que prefiero aprender a hacerme observadora de mis minúsculos crecimientos y verlos, a dar saltos cuánticos y perderme el florecer lento. Seguiré siendo una flor de lento florecer y así me percataré del sutil movimiento de mis pétalos.
La tierra, los ciclos de la naturaleza nos recuerdan sobre los ritmos y son una buena medicina contra la amnesia de los procesos fruto de las redes y la modernidad.
La consciencia del proceso nos permite ganar en profundidad, y la profundidad nos trae de frente a habitar la verdad. Cierro con esto porque fue parte de una conversación con una amiga, que en otra parte del mundo, se ha vuelto mi espejo y con la que vivimos búsquedas similares. Ella me hablaba de la profundidad que diferencia nuestras propuestas, de la verdad que buscamos a través de las experiencias que ofrecemos y la nombro a ella porque siempre hay alguna otra persona que nos recuerda cuan conectadas estamos y cuanto de la verdad de la otra clarifica mis propias verdades.
A vivir!